Parecia loca

Cuando mi hija era pequeña sufrió algo llamado convulsión febril, su cuerpo quedo inmóvil, inerte, sus labios y uñas se pusieron morados y ella parecía que no tenia respiración, yo nunca había visto a nadie así, incluso la niña no estaba enferma, eso sucedió inesperadamente, ni siquiera me di cuenta que tenia fiebre porque la fiebre apenas comenzaba era muy baja aun para notarla. Yo pensé que le había dado un infarto, de hecho en casa todos nos volvimos como locos, mi madre gritaba con la pequeña inerte en brazos, y yo estaba descontrolada, con nuestros gritos rápido algunos vecinos vinieron corriendo, yo le arrebate la niña a mamí y salí corriendo para el hospital, en el camino hacia el doctor yo iba gritando con todas mis fuerzas, le rogaba a Dios que no se llevara mi niña, estaba totalmente fuera de control, entre al hospital con mi en brazos, yo estaba medio descalza, con ropa de dormir y sin arreglarme, cuando el doctor me pregunto que le había pasado a la niña, yo le respondí.
- Doctor mi hija murió. El doctor me miró sorprendido y dijo
- Señora, como que murió?, la niña esta viva.
En ese instante yo me tiré al piso de rodillas y comencé a gritar
- Gracias Señor, gracias por devolverme mi hija.
Todo el mundo, los médicos, las enfermeras, otras persona que estaban por allí se pararon en la puerta a ver. Cuando yo me pare, solo en ese momento volví a la realidad, me di cuenta en que forma estaba vestida, de que forma estaba gritando, solo en ese momento tuve conciencia de lo que estaba viviendo. Cuando todo paso y mi  niña estuvo a salvo, yo estaba feliz pero avergonzada con el personal medico, yo quería que la tierra me tragara e irme de allí. Mi niña se quedo hospitalizada por varios días y yo tuve la oportunidad de demostrar que no estaba loca y que mi comportamiento solo fue bajo un instante de dolor y de angustia indescriptible. Eso es otro acto de amor, el amor por los hijos nos cambia la vida y nos hace hacer cosas fuera de lo común

Cuando escribo un poema, no es locura ni burrada; es amor

Derecho

Entre sueños austeros y sombríos
se despiertan sentimientos desconfiados,
que se esconden tras el velo de la aurora,
obsequiándonos recuerdos del pasado.

Se revelan palabras silenciadas,
por las arras del tiempo y el olvido, 
son como huracanes desgastantes,
consumiendo sin perdón a lo prohibido.

Se retoma el juicio de los muchos,
sin preceptos se han quedado casi helados,
y se mueren en la cumbre de su astucia,
pues no vencen los que explican demasiado.

Que prosigue después de ese sollozo,
donde exhibo las flores que he guardado,
me retiro de esta lucha sin sentido,
vencedora por derecho a lo ganado.

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